Cuando me regalaron mi primer iMac lo primero que hice fue ponerle una barra de sonido.
Busqué, indagué y me informé para encontrar de entre las mejores barras de sonido la adecuada para mi Mac.
Esto debía ser allí en 2010.
Estaba encantada con mi barra Tango Bar porqué, además de tener un diseño impecable que armonizaba súper bien con el ordenador, con sus escasos10w tenía una calidad de audio estupenda.
Además, solo era necesaria una conexión USB del mismo iMac para que funcionase. ¡Una maravilla!
Pero los años pasan, para todos y para todo.
Y pese que la barra de sonido Tango Bar seguía funcionando a la perfección, quería más potencia.
Había llegado el momento de reemplazarla.
